2.6 ANÁLISIS DEL ENTORNO
2.6 ANÁLISIS DEL ENTORNO

El análisis del entorno es el proceso a través del cual la
empresa es capaz de identificar los factores estratégicos del entorno y de
diferenciar entre oportunidades (factores que influyen positivamente) y
amenazas (factores que influyen negativamente).
El análisis del entorno forma
parte, junto con el análisis interno, del diagnóstico estratégico de la empresa
y del Análisis DAFO.
Para poder realizar el análisis del entorno conviene
estructurar este en dos tipos diferentes: entorno general o macroentorno y
entorno específico o competitivo. Ambos tipos de entorno constituyen, por
tanto, el análisis externo o análisis del entorno de la empresa y aunque es
conveniente estudiarlos por separado, también es importante tener en cuenta las
conexiones que existen entre ellos. En este sentido, puede existir un factor
que actúe conjuntamente en ambos tipos de entorno, como por ejemplo los
factores tecnológicos. A través del análisis del entorno se determina a qué se enfrenta la
empresa y cuáles son sus factores clave de éxito.
Para la realización del análisis del entorno se pueden
utilizar diferentes tipos de técnicas o herramientas, distinguiendo según se
trate del entorno general o del entorno competitivo o específico. También
existen algunas técnicas que son comunes a ambos tipos de entorno o que
consideran conjuntamente el análisis. Todas estas técnicas van a servir para
detectar las oportunidades y amenazas de la empresa.
2.6.1 EXTERNO

El análisis
externo supone determinar los factores estratégicos del entorno, a
fin de detectar las posibles amenazas y oportunidades para la empresa. Así
serán factores significativos de estudio los competidores actuales, su cuota de
mercado, los posibles competidores futuros, el desarrollo tecnológico, los
sistemas de información y comunicación, productos sustitutivos, etc.
2.6.2
INTERNO (RECURSOS, COMPETENCIAS Y CAPACIDAD ESTRATÉGICA)

El análisis
interno trata de identificar la estratégia actual y la posición de
la empresa frente a la competencia. Deben evaluarse los recursos y habilidades
de la empresa, con una especial atención a la detección y a la eliminación de
los puntos débiles y potenciación de los puntos fuertes, así como la capacidad
de resistencia de la propia empresa, es decir, la fortaleza de la misma en el
caso de que la formulación estratégica falle.
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